Al final, el antojo del marinero en tierra era subirse en su barco con puertas y ventanas que está en un Puerto Escondido y navegar por un ‘Mar de Sentimientos’. No para una travesía que dure diez años, como la de Ulises en la ‘Odisea’. Sí para disfrutar del hogar después de pasar mucho tiempo fuera. Como sucede en las novelas de aventuras, y hasta en el mismo poema épico atribuido a Homero, la de Ángel León en 2014 es una travesía en la que se conocen nuevos lugares, en la que hay intrusos que quieren mandarlo todo a tomar viento -sin éxito- y en la que hay cosas que no son lo que parecen. Pero, sobre todo, es un viaje en el que el héroe nunca olvida quién es ni de dónde viene, incluso cuando parece que está a punto de hacerlo. Da igual si se trata de rescatar a la princesa, de regresar a Ítaca o de cocinar el mar.
La carta de la nueva temporada de Aponiente presenta dos opciones: una Selección y un Gran Menú. Echar un vistazo es igual de enigmático que enfrentarse a un mapa del tesoro. En ella aparece el nombre del producto (lisa, muergo, atún…), sin más. Es el lector -perdón, el comensal- el que tiene que ir descubriendo poco a poco cuál ha sido la forma en la que los ha interpretado el cocinero. Hay evolución, innovación y retos. Todo, con un gusto más comercial y con menos dosis de “zas con sabor”, como diría el protagonista de ‘Ratatouille’. Pero, en palabras de Ángel “más conceptual que nunca”. Este es el Gran Menú ‘Mar de Sentimientos’ de 2014 en Aponiente.
Lisa-sarda. Corvinata. Chistorra marina.
Cazón. Sardina. Camarón.
Boca. Ostra-lechuga de mar. Caballa.
Muergo. Choco I. Choco II.
Sopa fría. Plancton. Lapas-chirlas.
Anchoa. Mejillón. Langosta.
Atún. Cítricos. Almendra.